El retorno de Riquelme hacía ilusionar a todo el pueblo boquense. Román, ídolo, volvía a estar desde el inicio y se presentaba como el salvador de un equipo que todavía no engranaba. Su fútbol, sus pases profundos, sus genialidades milimétricas parecían ser la llave para el éxito del Boca. Pero el Xeneize no pudo ni con él en cancha: apenas empató 1-1 con Newell´s y –lo que es peor- volvió a mostrar graves falencias en todas sus líneas, especialmente en la defensa.
Por cómo empezó el partido, por los primeros minutos en los que corrió el balón, el Xeneize creía haber encontrado la receta para curar la falta de fútbol de las dos
Porque cada vez que el balón cayó en el área local, el Xeneize lo sufrió. Los pelotazos cruzados fueron un karma para Gastón Sauro y Gabriel Paletta, y la banda izquierda (que Hugo Ibarra apenas cubrió durante 20 minutos y luego lo hizo Adrián Gunino) fue un festín para Leonel Vangioni. Y Román, quien era el supuesto salvador, tampoco pudo gravitar: no se juntó con Pocho Insúa, tampoco con Guillermo Marino. Ariel Rosada, por su parte, no se sintió dueño de la número cinco, y aportó sacrificio pero nunca se acomodó.
Sánchez Prette, habilitado a jugar por el artículo 225, fue el más activo del mediocampo leproso, y el más punzante fue Vangioni, quien tuvo una oportunidad clarita que intentó definir por encima de Roberto Abbondanzieri y que se fue muy cerca. Así, las chances de gol fueron casi todas para Newell´s, y el Xeneize recién avisó a los 43 minutos con un cabezazo de Viatri que se desviado.
En el complemento, nuevamente Boca comenzó como dominador. Un remate desde media distancia de Marino complicó a Sebastián Peratta. A los 12 llegó la apertura del marcador, y fue en una polémica jugada: Marino la bajó con la
Pero la alegría le duró muy poco al Xeneize, ya que a los 20, y tras una
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